Hace ya tres meses que he vuelto de África y todavía tengo la cabeza allí, o al menos parte de ella. Tiene gracia porque mi madre siempre me ha dicho eso de: “¿Dónde tienes la cabeza? Cualquier día te la dejarás en cualquier sitio…” Parece que al final, como casi siempre, mi madre tenía razón y finalmente la he perdido en Tanzania. Lo que no sabía es que además también me iba a dejar parte del corazón…
Es curioso cómo funciona nuestra mente pero estoy asumiendo que definitivamente hay cosas que siempre me recordarán a esos niños... Cosas que no tenían un significado especial antes de estar en Tanzania pero que ahora cobran un sentido simbólico y que rápidamente me hacen viajar 6.850km desde Madrid a Arusha con solo cerrar los ojos…
La semana pasada me tuve que ir por trabajo a Suiza. Mientras iba en tren atravesando el país para llegar a mi destino me maravillé con el paisaje…Las montañas, las casitas, las verdes praderas, los lagos…y de repente mi mente se transporto a otro sitio: al lago Duluti en África. Es un sitio mágico que tuve la suerte de visitar. Un lugar donde una cuerda para saltar a la comba se convierte en un objeto para calcular las novias y novios que cada uno hemos tenido a base de saltos. Un sitio donde las sonrisas se consiguen a base de sodas y colas compartidas entre dos. Un lugar donde el tiempo se detiene mientras cinco niños te rodean y no haces otra cosa que contemplar el lago y los árboles. Un sitio donde unas gafas de marca son motivo de un anuncio de la TV para unas niñas de 13 años. Es un momento en el tiempo donde hasta las “niñas” de 20 años sienten pánico cuando haces que las tiras al agua. Un lugar donde un masaje en la espalda después de llevar un “bultito” de 4 años encima por un buen rato te parece la mejor manera de combatir el cansancio. Un lugar donde las cámaras de fotos se convierten en máquinas que capturan sentimientos además de recuerdos. Donde las furgonetas de 9 plazas se ensanchan hasta acoger a 40 personas en su interior…
Habrá lagos más bonitos, lagos más grandes o con más peces, donde el enclave paisajístico sea inmejorable. Lagos con monstruos dentro, lagos con más flores o con barcos. Pero ningún lago es como el lago Duluti porque ese es un lago mágico y eso lo convierte en un lago especial y único. Tan único como los sentimientos que guardo en la mitad de corazón que aún conservo y en los recuerdos que guardo en la mitad de la cabeza que me he traído a España.
PD. Os dejo con una canción de Serrat que, para mi, resume muy bien lo que nos pasa cuando nos acordamos de ellos...(Óscar) http://www.youtube.com/watch?v=kjOT0_scm1c
Y ahora te hago yo una pregunta a ti...¿Tienes algún lugar guardado dentro de ti que es especial? ¿Cuál es?